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Peñamellera Baja

    Historia

    Uno de los valles más bonitos del Oriente de Asturias, gracias a su patrimonio natural y cultural.

    La larga historia de la humanidad ha dejado, de un modo u otro, su huella en este concejo de apenas 84 km2.

    Desde los fósiles hallados en alguna de sus muchas cuevas hasta los grabados y pinturas rupestres de las cuevas de la Loja y Llonín, datadas en la época Magdaleniense (15.000 aC), que nos hablan de la vida primitiva y de la presencia de seres humanos desde la lejana Prehistoria. El Castro Celta de Abándames y las calzadas romanas son las huellas aun visibles de grandes civilizaciones que también tuvieron presencia en nuestro valle.

    Calzadas romanas reutilizadas al final del Alto Medievo como las primeras vías de peregrinaciones Jacobeas, que en su camino hacia Santiago de Compostela dejaron iglesias y ermitas como San Juan de Ciliergo, Nuestra señora de Espioña o Santiago en Robriguero, que si bien vivieron tiempos mejores, aun nos permiten interpretar ese periodo incierto y oscuro de la historia.

    El juego de los bolos es otra consecuencia de esas peregrinaciones. Llegado desde Centro Europa arraigó en nuestra región convirtiéndose en el juego más popular y en una seña de identidad del deporte rural asturiano. Antiguas casonas y palacios, como San Román y la Bariega o Palacio de Cimiano, nos acercan a la época feudal, en la que Peñamellera gozó de los privilegios concedidos por los Fueros y sufrió, por su condición de tierra fronteriza, la pugna por la soberanía de este territorio entre dos grandes reinos como el Reino de Castilla y el Reino de León.

    De la época moderna cabe destacar las casas de indianos, no solo por su excéntrica y ecléctica arquitectura que rompió con el clasicismo rural imperante en la zona, también como clara alusión a la importancia que tuvo el fenómeno de la emigración en el Oriente de Asturias en la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del siglo XX.

    De nuestro patrimonio natural destaca la orografía de un valle quasi cerrado, erosionado por la fuerza de las aguas del aparentemente inofensivo rio Cares-Deva, destino de truchas, reos y salmones, donde habitan las nutrias y cuya ribera es ideal para el alistamiento de aves. Desde la abundante vegetación de ribera en el fondo del valle, poblada de sauces, alisos, chopos, olmos…, hasta lo alto de las montañas con una vegetación subalpina plagada de enebros y sabinas, pasando por collados y praderas de siega rodeadas de avellanos, laureles y helechos y sus frondosos bosques mixtos de robles, castaños, hayas, argumales… que pueblan sus laderas, el paisaje es de una belleza abrumadora, de un verde de 50 tonos, que uno nunca se cansaría de mirar.

    Dónde estamos

    El concejo de Peñamellera Baja, de cerca de 84 km2 y unos 1.500 habitantes se localiza en el extremo oriental de Asturias, rayando con la vecina comunidad de Cantabria. Constituye una de las vías de entrada naturales hacia el Parque Nacional de los Picos de Europa, en el que extiende parte de su territorio, y también hacia Cabrales y Valle de Liébana.

    Su capital, Panes, se encuentra a escasa distancia de importantes focos turísticos: Covadonga (60 km), Arenas de Cabrales (23 km) o Potes (26 km) en la montaña; Llanes (33 km), San Vicente de La Barquera (22 km) o Comillas (30 km) en la costa, además de Santillana del Mar (40 km) como núcleos más relevantes.

    El exuberante paisaje de este territorio está enmarcado entre dos singulares sistemas montañosos. Al norte se eleva el extremo oriental de la Sierra del Cuera, que recorre el concejo de Este a Oeste. Al sur, ciñe su territorio las estribaciones del macizo Oriental o de Ándara del Parque Nacional de Los Picos de Europa. Otros importantes accidentes geográficos que vertebran este espacio son los ríos, encajados en impresionantes desfiladeros; especialmente el Deva, procedente del Desfiladero de La Hermida, y el Cares, que viene de Peñamellera Alta, Cabrales, y tierras leonesas. Ambos, de preciada riqueza salmonera y truchera, se unen en las proximidades de Panes, dando lugar a una de las principales corrientes fluviales de la región el Cares-Deva.

    Peñamellera Baja posee una ubicación privilegiada, con grandes posibilidades para el descanso, el disfrute de los bosques y la montaña (por las numerosas sendas y paseos que jalonan todo su territorio), e incluso de la playa (la playa de La Franca se encuentra a tan sólo 15 km.). Es uno de los concejos más bellos de Asturias. La roca, el agua, los valles y las praderías, la flora y la fauna en todo su esplendor. Pero no sólo ofrece al visitante bellezas paisajísticas pues cuenta con una rica arquitectura, tanto monumental como tradicional, una variada gastronomía, y la posibilidad de practicar numerosas actividades al aire libre.