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Alevia

    Esta localidad, con apariencia de villa residencial, está emplazada en plena Sierra del Cuera, lo que la convierte en un mirador natural desde donde se puede contemplar unas magníficas vistas de todo el valle de Peñamellera Baja. En élla podemos encontrar la Iglesia de San Juan Bautista (con elementos románicos y góticos), la Capilla de San Antonio (aunque reconstruida en la actualidad, parece ser que en su ubicación pudiera haber existido otra de origen románico, según algunos investigadores), la Torre del Reloj (al lado del edificio anterior, construida a mediados del siglo XX), además de varias edificaciones de carácter tradicional-popular y casonas de sabor indiano, como la Quinta de Arriba o la Quinta de Abajo. De esta localidad parte una de las más transitadas rutas de senderismo del concejo que conduce al Picu El Paisanu.

    alevia

    Los primeros habitantes de Alevia fueron pastores que se instalaron en el único lugar del pueblo donde había agua, en el barrio del Cantón, en unas cabañas después destinadas a cuadras. Son construcciones de paredes de piedra y de cubierta a una sola agua para así conservar mejor el calor, orientadas al sur y con un horno adosado a la fachada principal. Posteriormente el pueblo fue creciendo y se fueron ocupando los distintos barrios.

    Un testimonio muy valioso sobre la vida en Alevia en la época de preguerra lo constituyen «Las páginas de una vida», autobiografía de don José Fernández Tarno, nacido y crecido en Alevia, publicadas en su periódico, «El Eco de los Valles» en los años veinte del siglo pasado.

    Hubo dos fenómenos que marcaron el panorama que hoy contemplamos en Alevia, por un lado la emigración a América y por otro la explotación de la mina del Pilar, situada en el monte de Alevia, y que explotaba un filón de ferromanganeso, se tienen noticias de su explotación desde el siglo XVI.